Introducción para Profesionales:
Durante la adolescencia, las relaciones de pareja son una parte muy importante de la socialización y tiene un gran impacto en el desarrollo de normas individuales y valores. Para los adolescentes, las relaciones sanas promueven el desarrollo de la autonomía, ayudan a incrementar su auto-estima y les da la oportunidad de perseguir una gama de objetivos, incluso el deseo de tener familia, apoyo, experiencias sexules y de aumentar el estatus social (IzKK-Nachrichten 1/2008, p.8). Y, particularmente en este periodo formativo, los adolescentes a menudo tienen sus primeras experiencias con diferentes tipos de violencia en pareja.
Puesto que no hay una definición común de la violencia en las parejas adolescentes (TDV por sus siglas en inglés Teen Dating Violence), también tenemos que consultar definiciones sobre la violencia doméstica y la violencia entre jóvenes. Hay investigaciones diferentes que muestran que la violencia entre parejas adolescentes está tan extendida como la violencia en relaciones entre adultos. Estos resultados son especialmente interesantes porque solo una parte de los adolescentes ya han tenido experiencias en pareja (Averdijk et al. 2014).
En el Convenio de Estambul se usa el término de la violencia doméstica para nombrar todos los delitos relacionados con la violencia psicológica, física, sexual y económica, que ocurren en el ámbito familiar, matrimonial o en relaciones emocionales (Convenio de Estambul, 2011). La violencia entre parejas adolescentes es mucho más que la violencia en relaciones formales. También incluye la violencia en relaciones de corta duración, tal como las formas de violencia que son ejercidas por la ex-pareja o por personas con quien se ha salido sin comprometerse en inglés llamado “Dating” (Averdijk et al. 2014. p.124).
La violencia en parejas adolescentes es mucho más que una agresión física, los actos de violencia son tan complejos y diversos que afectan a personas de todos los entornos sociales y económicos. Los tipos diferentes de violencia van desde la violencia psicológica y económica hasta la violencia física y sexual.
Las consecuencias de la violencia en parejas adolescentes son multidimensionales y se desarrollan de forma diferente para cada individuo. Pueden ocurrir a corto, medio o largo plazo y también se pueden manifestar a nivel psicológico y físico. Los efectos de la violencia experimentada pueden continuar a lo largo de toda la vida, creando varios problemas diferentes: Problemas en relaciones, disfunción sexual, trastornos adictivos, depresión, trastornos alimentarios, desordenes de ansiedad, etc. Los impactos no solo afectan al individuo, sino también a su entorno social. Por eso, el beneficio de la intervención preventiva es inmenso cuando se considera los individuos al igual como la economía total. (Fegert et al. 2013, p. 51 ff).